La araña tendía su tela.
Hilo a hilo segregado de su cuerpo,
íntimo.
Casi una canción de amor cada hebra, líquida, sólida, tintineante.
"Podría coser mundos con ese hilo",
pensaba la mosca, hipnotizada.
La mosca era un tábano.
No solo pican, traen la malaria, el ántrax, destruyen ganado.
La misma muerte pudriendo los cielos.
"Podría sobrevolar mundos con esas alas",
pensaba la araña, hipnotizada.
La victima se echó junto al verdugo.
"¿O era al revés?", pensaban los amantes.
"Mañana redimiré tu carne, ahora bésame y durmamos".